LA CAPILLA DEL HALLAZGO

La capilla del Hallazgo se encuentra situada sobre la gruta o cueva en donde según la tradición fue hallada la Virgen de Monserrate. La leyenda cuenta que tras la reconquista algunos cristianos buscaron incansablemente la imagen de una virgen que se veneraba en la parroquia de San Julián1 y que fue escondida con la llegada de los árabes a la península. Sin embargo, la búsqueda fue infructuosa durante muchos años, hasta que, como según narra la leyenda: “el subterráneo sonido de una campana, oído durante tres noches continuadamente al pie del monte del castillo en su parte occidental frente al cauce del río Segura a su entrada por aquel tiempo en la ciudad llamó la atención a los fieles, que acudieron al lugar, donde el misterioso sonido se dejaba oír y agujereando la peña, encontraron el celestial tesoro escondido durante tantos siglos”.

Según relatan algunos autores como Gisbert Ballesteros, la nomenclatura actual de la virgen fue decidida tras un sorteo, al no existir acuerdo sobre la nominación que debía titular a la imagen, quedando desechados los nombres del Pilar y del Orito que en un principio se barajó.

En el sitio del hallazgo se erigió un templo de reducidas dimensiones5 que se articulaba a raíz de la gruta en donde según la tradición fue hallada la virgen, ocupando aproximadamente el espacio que comprende desde la capilla hasta la que hoy día es la puerta lateral6 que funcionaba entonces como portada principal de la iglesia7. El primitivo templo fue demolido en 1747 y reedificado entre 1750 y 1775 siendo transformado totalmente el espacio del Santuario con una gran ampliación y una nueva distribución de sus estructuras.

La capilla del Hallazgo pasó a ocupar un lugar secundario dentro de la nueva edificación, localizándose en el lado del Evangelio del crucero de la nueva iglesia, albergando en su camarín, un Santo Cristo Crucificado8 que sustituía a la Patrona, a partir de entonces venerada en su nuevo altar Mayor, obra de Francisco Torres (1769- 1795).

La capilla posee una estructura cuadrangular cubierta con una cúpula sin tambor, con copulín, apoyada sobre pechinas ricamente ornamentadas. Consta de un retablo barroco que enmarca el camarín originario de la virgen, al que se accede, tras atravesar una puerta trasera situada en la sacristía, por una escalinata que contiene un interesante conjunto de azulejería valenciana de los SS. XVII-XVIII.


Bibliografía:

Gemma Ruiz Angel- Mariano Cecilia – Espinosa

1 Semanario “El pueblo de Orihuela”, 1924, “La Virgen de Monserrate (Notas históricas)” en Revista Oleza, Festividad de la Santísima Virgen de Monserrate, Orihuela, 1992.

2 FERRÍS E IVAÑEZ, M (1900): “Bosquejo histórico de la imagen y Santuario de Ntra. Sra. de Monserrate, patrona de la ciudad de Orihuela”, p.15, en Notas históricas sobre Ntra. Sra La virgen de Monserrate, Ed. Facsímil 1900, Orihuela 2000.

3 GISBERT BALLESTEROS, A (1900): Historia de Orihuela, Tomo III, Orihuela.

4 LÓPEZ MARTÍNEZ, Mª C (2000): Tesoro artístico de Ntra. Sª de Monserrate. Patrona de Orihuela, Colegio Diocesano de Santo Domingo, Orihuela, pp.16-17.

5 GISBERT BALLESTEROS, A (1900): Historia de Orihuela, Tomo III, Orihuela. pp. 655-656.

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EL ANTIGUO CAMARÍN DE LA VIRGEN DE MONSERRATE

El camarín en el que se veneró la titular del santuario, se levantó a finales del s. XVII(1690) como indica la inscripción ya citada, sobre la gruta en donde según la tradición se halló la virgen. Su planta es de forma poligonal, estructuralmente está formada por seis paneles, en donde destacan las vidrieras de cuatro de ellos, mientras los dos restantes están realizadas en madera pintada, dorada y policromada. Los paneles de la vidriera se encuentran situados al fondo del camarín ya que su funcionalidad así lo exige, pues tras ellas debe penetrar la luz, que proviene de un gran ventanal situado en las traseras del camarín. Esta iluminación natural está directamente relacionada con la concepción barroca del conjunto, en donde se conjugarían la abundante luz de las tierras mediterráneas con el dorado y la policromía de la capilla.

Las vidrieras emplomadas han sido utilizadas desde muy antiguo como cierre arquitectónico y por la especial luz que transmiten, desde el mundo romano hasta el árabe, teniendo su época de esplendor en el gótico, renaciendo de nuevo en el s. XIX.

Las vidrieras de la capilla del hallazgo se encuentran profusamente decoradas, distinguiéndose diferentes tipos de decoración en sus cristales, fruto de las continuas renovaciones que sufrieron, ya que las vidrieras corren muchos riesgos dada la fragilidad de su materia principal, el vidrio. Hemos distinguido 7 tipos de cristales con diferente decoración, aunque uno de ellos, el tipo1, parece ser el original, ya que predomina notoriamente sobre los demás, mientras el resto intentan imitar a este con ciertas semejanzas en sus formas y colores.

Los paneles de las vidrieras están separados por tres columnas cajeadas decoradas por tres cabezas de angelitos entrelazadas con motivos vegetales sobre un panel de madera pintado con motivos en verde y ocre. En la parte superior de cada columna aparecen a modo de ménsulas, unas cabezas de angelotes policromadas, a su vez, sobre el capitel dórico de cada una de las columnas, sobresalen cabezas de ángeles orlados de motivos vegetales que separan una fila superior de vidrieras. El friso tiene en su parte inicial motivos vegetales mientras la cornisa se encuentra muy tallada con motivos vegetales pintados en tonos verdes y rojos.

En la boca del camarín se encuentran dos paneles laterales realizados en madera dorada con motivos ornamentales de diversa índole. En el panel izquierdo encontramos la típica decoración vegetal en forma de orla a la cual se entrelazan flores pintadas en colores como el rojo, verde, azul... El conjunto encierra como motivo central, un jarrón lleno de azucenas. En el panel derecho se repite la misma decoración exceptuando el motivo central que es sustituido por el emblema de la virgen de Monserrate (la sierra y la montaña).

El camarín se cierra en su parte superior por seis lunetos que conforman una pequeña cúpula, tres de ellos decorados con motivos vegetales y rocallas mientras los tres restantes están formados por una vidriera emplomada, con dos tipos decorativos en los cristales. En la cúpula pende un florón dorado simulando un sol que estaría justo encima de la imagen de la virgen.

Cuando originariamente estaba expuesta la virgen en este camarín, la acompañaban dos hacheros que estilísticamente tienen las mismas características que la obra de la capilla (camarín, retablo...) Estos hacheros tienen una altura de 162 cm estando decorados con motivos vegetales y por cabezas de ángeles tallados y policromados, desarrollándose verticalmente de forma muy voluptuosa con movimiento zigzagueante.18

Asimismo, la imagen se encontraba situada sobre una nube-peana dorada con ángeles tallados y policromados en los laterales y en el frontal, que tienen las mismas características que los hacheros y adscribible, por tanto, a la obra originaria del camarín.

La capilla, tras la construcción del nuevo altar mayor en el s.XVIII pasó a albergar un Santo Cristo crucificado que desapareció en agosto de 1936, durante la persecución religiosa. Tras la guerra civil, el altar quedó vacío hasta 1946 cuando fue regalado al santuario un nuevo Cristo19, realizado en 1940, de estilo neoclásico, sujeto con cuatro clavos y sín apenas marcas pasionales, siendo atribuido a la escuela de Capuz.


Bibliografía:

Gemma Ruiz Angel- Mariano Cecilia – Espinosa

16 En la actualidad la ventana por donde debe penetrar la luz está cerrada , recurriéndose a una iluminación artificial lo cual le resta belleza al conjunto arquitectónico.

17 FERNÁNDEZ ARENAS,J (1997): La conservación del patrimonio y técnicas Artísticas, Ariel Historia del Arte, Barcelona
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EL RETABLO DE LA CAPILLA DEL HALLAZGO

La capilla del Hallazgo está enmarcada por un retablo barroco asentado sobre un basamento de piedra sobre el que se eleva el banco y los dos cuerpos de que consta. En el banco aparecen lienzos sobre el Nacimiento de Cristo y la Adoración de los Reyes que han sido catalogados como arte valenciano del siglo XVI, que por tanto, debieron pertenecer a un conjunto anterior, siendo reutilizados en esta obra.

El primer cuerpo está formado por tres calles articuladas por columnas salomónicas, ingrediente esencial en la retablística barroca española, cuyo fuste está recorrido por uvas y hojas de parra.

En la calle central aparece un camarín de planta poligonal, en donde se albergaba la imagen de la virgen titular de la capilla, cobijada por un arco decorado profusamente con conchas, flores, volutas...; destacando en la clave, un niño de pie desnudo. En las calles laterales, se encuentran dos hornacinas de medio punto, cuyo interior está decorado con tacos y bolas en relieve, que albergan a San Ramón y San Pascual11, una a cada lado, separadas por sendas columnas salomónicas. En la parte superior de las hornacinas aparecen pinturas con motivos vegetales y angelotes que sostienen unas placas, en donde está inscrita la salutación “Ave María” bajo una corona real. Mientras sobre las columnas, destaca el friso que se decora con pequeñas cabezas de ángeles que dan paso al entablamento, decorado con trazas vegetales, que desaparece a la altura de la calle central, interrumpido por el arco del camarín, para luego aparecer en la siguiente calle lateral.

En el segundo cuerpo, compuesto por una sola calle, se encuentra la Coronación de la Virgen María, pintada sobre lienzo, flanqueada por dos ménsulas vegetales semejantes a las del interior del camarín y por columnas salomónicas. A cada lado de las columnas aparecen pirámides acabadas en bolas doradas, elemento decorativo que aparece en otro de los retablos de la ciudad, concretamente en el retablo de San Antonio de Padua, de la iglesia de Stas. Justa y Rufina, cuyas similitudes con el del Hallazgo son muy acusadas. Coronando todo el conjunto aparece el emblema tradicional de Ntra. Señora de Monserrate, en donde se representan los símbolos de la leyenda que narra el hallazgo de la imagen; la campana, una montaña y dos ángeles mancebos aserrándola12.

Todo el retablo aparece dorado y policromado, con cenefas vegetales geométricas o composiciones pictóricas de hojarascas, frondas, roleos vegetales que se articulan en torno a un motivo central que a menudo son máscaras o ángeles. Predominan los colores azul, rojo y verde, siendo atribuida la policromía del retablo a Bartolomé Albert, ORDINARIO DEL CO DE SV MAGESTAD EN LA DE HORIHVELA I ANTONIO TOLMO CIVDADANO”

Mientras el dorado se supone a Francisco Heredia, estrecho colaborador suyo, según han analizado los autores que han estudiado detenidamente este retablo.

La inexistencia de fuentes documentales ha hecho más difícil atribución del retablo y el conocimiento de todos aquellos que participaron en la ejecución de la obra así como de sus pormenores. Tradicionalmente se ha atribuido la ejecución del retablo del Hallazgo al escultor oriolano Antonio Caro “el viejo”, iniciador de una importante saga de retablistas, con figuras del arte barroco español como la de su hijo, Antonio Caro Bernabeu13. Pero todas estas hipótesis sobre los realizadores del retablo tanto de los referidos pintores y doradores como al escultor y la cronología que se ha propuesto, entre los años 1678-1700 por algunos especialistas en esta materia14, puede ser corregida y corroborada, en algunos de sus aspectos, con la inscripción hallada en las traseras del camarín, que aclara la cuestión de su atribución y cronología, así como proporciona nuevos datos sobre la capilla:

“ESTE CAMARÍN CEICO CIENDO MAIORDOMOS HERNANDO MORENO DIEGO MARTINES. JVSEPE RVFETE. JVSEPE MASQUEFÁ I JVAN ALMANSOR. JVSEPE RVFETE SENT ESCVLTOR” (Línea superior)

“AÑO 1690. SIENDO ELECTOS EL SEÑOR DN, GE,MO FABREGES DEAN DE LA STA IGLESIA DE ORIHVELA DON BRVNO SALCEDO ASESOR


Como podemos apreciar, en ella aparecen los mayordomos de la cofradía de la Virgen de Monserrate que costearon la obra así como la fecha de su ejecución e incluso el escultor de la misma15. Por tanto, la obra quedó terminada en el año 1690 fecha que se encuentra dentro del abanico cronológico que han barajado los especialistas que han estudiado este retablo.

En lo que se refiere al escultor JUSEPE RUFETE, hasta ahora inédito, podemos decir que parece ser el iniciador de una saga de maestros carpinteros de cierto renombre local como Alonso, José y Antonio Rufete, éste último, autor del retablo de la capilla de la Comunión (1776 ) en la ig. de las Santas Justa y Rufina en Orihuela, entre otras obras.

Con estos nuevos datos habría que replantearse las atribuciones tanto del retablo de la capilla del Hallazgo como el de San Antonio de Padua, que dadas sus semejanzas han sido adscritos por la historiografía a Antonio Caro “el viejo”.

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LA ORNAMENTACIÓN DE LA CÚPULA

Se halla decorada con una serie de medallones que contienen lienzos de temática fundamentalmente mariana, alusiva a pasajes bíblicos como la Presentación en el Templo, Desposorios, Pentecostés y a la Asunción de la Virgen, colocados en las pechinas. Los marcos de estos lienzos se encuentran ricamente ornamentados con motivos vegetales entrelazados y rocallas propias del siglo XVIII como han señalado algunos de los autores que han estudiado detalladamente estas pinturas9.

Los arcos de la cúpula se decoran con cintas y ramilletes de flores talladas y doradas, mientras en la plementería, aparecen sobre repisas vegetales, niños que completan su adorno. Hay que destacar los lienzos de los lunetos cuya temática responde a escenas de la Anunciación, Visitación y a la propia Virgen de Monserrate. Este último presenta un gran interés ya que hace referencia a la titular, por lo menos en su origen, de la capilla y naturalmente del santuario. La pintura representa la iconografía del modelo.

tradicional de los grabados de la virgen durante el s. XVIII, como imagen de vestir con niño situada sobre nubes y rodeada de ángeles. El conjunto se engalana con un amplio cortinaje mientras en su parte inferior aparecen figuras en actitud devota hacia la imagen.